Hijo mío amado, mi predilecto:
Te llevo siempre grabado en la palma de mi mano, aunque tú no lo sepas. No soy feliz si en mi Casa me faltas tú, oveja perdida. Desde siempre he pensado en ti, y todo lo mío es tuyo: Mi Alegría, mi cariño, mi ternura, mi perdón, el Cielo que te tengo prometido, mi Madre, mi Espíritu, mis hijos tus hermanos, la Naturaleza.
Déjate encontrar por Mí, pues en medio del Universo te he puesto a ti, porque me importas todo; por eso, que nunca se te olvide que te amo y te llevo en mi corazón.
Solo te pido una cosa, si tú quieres: Déjate modelar por Mí, déjate amar, querer, ayudar… Pues llevo soñando con esto toda la eternidad.
No te preguntes cómo vas a amarme, de qué manera lo vas a hacer, pregúntame mejor: ¿Cómo voy a dejarme amar por Ti, Señor? Hazte chiquito, bebé, niño chico y verás. No me importa tu edad, si eres feo o guapo: mi Reino no de este mundo pues no pienso como los hombres.
A todos llamo: Publicanos, prostitutas, políticos, presidiarios, amas de casa, empresarios… Tan terca de ti y tan lejos de Mí… Si quieres dejarte encontrar por Mí, ponte en Camino: Haz memoria de todo lo bueno que HOY te ha pasado (un gesto de cariño por parte de alguna persona conocida, una sonrisa, la belleza de mis flores, ese abrazo, una buena noticia…) y sabrás que soy Yo, pues Yo Soy el que está detrás de todo aquello que hace sonreír tu corazón.
Nunca pienses que eres mala persona. Da gratis lo que gratis recibes de mí en mi Nombre a tantos pequeños míos que por ser traviesos andan desperdigados sin conocerme. Se vaso de agua fresca para tantos corazones cansados y agobiados en tu hogar, en tu trabajo, en la calle, con tu esposa, tus hijos, tus padres y con todo el mundo; apaga las hogueras del odio y las indiferencias que veas y prende hogueras de Amor a tu alrededor: toma mi Espíritu y Yo haré el resto.
Si me quieres tener contento, ten contento a tu prójimo. Solo te pido, si tú quieres, que lo dejes todo en mis manos: Mi sueño es ocuparme de ti en todo, y te aseguro, hijo mío, que mi Corazón será tu descanso.
No desprecies a tus hermanos pues soy Yo quien me regalo; trátales como Yo te he amado. No busques verdades minúsculas, busca mi VERDAD con mayúsculas, pero no condenes en el horno crematorio de tu pecado a tu semejante: que para ser guardián de tu hermano te he llamado. Solo deseo, si tú quieres darme tu Fiat (hágase en mí), que vuelvas a ser PEQUEÑO.
Tu Papaíto del Cielo.
(Pedro de Ibros, OFS)
Ciao.
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