sábado, 7 de octubre de 2017

La verdadera oración



SI LA ORACIÓN NO NOS LLEVA AL AMOR Y AL SERVICIO , ENTONCES NO ES VERDADERA ORACIÓN 

San Pío Pietrelcina:
“He conocido y he experimentado que las almas que viven en el amor se distinguen por una gran perspicacia en el conocimiento de las cosas divinas, tanto en su propia alma como en las almas de los demás.”

Santa Teresita del Niño Jesús:
"Tu amor me estaba esperando desde la infancia, ha crecido conmigo y al presente es un abismo cuyas profundidades no puedo sondear. El amor llama al amor. Por eso, mi amor me lanza a ti y quisiera colmar al abismo que lo atrae.”
“Todas las grandes verdades de la fe producían en mi alma una felicidad que no era de esta tierra… vislumbraba ya lo que Dios tiene reservado para lo que lo aman (pero no con los ojos del cuerpo, sino con los del corazón). Y viendo que las recompensas eternas no guardan la menor proporción con los insignificantes sacrificios de la vida, quería amar, amar apasionadamente a Jesús y darle mil muestras de amor mientras pudiera…”

Madre Teresa de Calcuta:
“Mi vocación es el amor.”
"El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos."
“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.”
“Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.”
"Hay que hacer las cosas ordinarias, con un amor extraordinario."
"Las personas son irracionales, inconsecuentes y egoístas. Ámalas de todos modos."
"El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio."
"Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor."
"La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz."

Santa Faustina:
“El amor puro es capaz de grandes empresas y no lo destruyen ni las dificultades ni las contrariedades, si el amor es fuerte a pesar de grandes dificultades, también es perseverante en la vida cotidiana, gris, monótona. Sabe que para agradar a Dios, una cosa es necesaria, es decir hacer las cosas más pequeñas con gran amor, amor y siempre amor.”
“El amor puro no se equivoca, tiene singularmente mucha luz y no hará nada que no agrade a Dios. Es ingenioso en hacer lo que es más agradable a Dios y no hay nadie que lo iguale; es feliz cuando puede anonadarse y arder como un sacrificio puro. Cuanto más se entrega, tanto más es feliz. Además, nadie sabe presentir los peligros desde tan lejos como él; sabe quitar la máscara y sabe con quién trata.
"El amor no conoce temor, pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a Dios y se sumerge en Él como en su único tesoro."

San Pío:
“He conocido y he experimentado que las almas que viven en el amor se distinguen por una gran perspicacia en el conocimiento de las cosas divinas, tanto en su propia alma como en las almas de los demás.”
“Amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: Envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.”

San Francisco de Asís:
“Ama de veras a su enemigo el que no se duele de la injuria que se le hace, sino que, por el amor de Dios, se requema por el pecado que hay en su alma. Y muéstrele su amor con obras.”

San Antonio de Padua:
“Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida más ejemplar resulta vacía si le falta amor.”

San Alfonso Maria de Ligorio:
“El amor de Cristo nos apremia (San Pablo), que equivalía a decir que lo obligaba y como forzaba más a amar a Jesucristo, no tanto lo que por Él había padecido, cuanto el amor con que lo había sufrido.”

Santa Gema Galgani:
“Jesús, te recomiendo mi mayor enemigo, mi mayor adversario. Guíalo, acompáñalo, y si tu mano debe descargar sobre él, descárgala sobre mí. Cólmale, Jesús, de bienes, no le abandones, consuélale. ¿Qué importa que a mí me abandones en mis dolores? Pero a Él no; te lo recomiendo ahora y para siempre. Cólmalo de bienes; el doble de todo el mal que deseó hacerme. Y para mostrarte que le amo, mañana aplicaré por él la comunión. Acaso Él pensará y deseará hacerme mal; en cambio, nosotros le deseamos mucho bien.”

JESÚS a Santa Gema Galgani:
“Mira, hija, y aprende cómo se ama –y me mostró sus cinco llagas abiertas–. Mira esta cruz, estas espinas, estos clavos, esta lividez, estos desgarrones, estas llagas y esta sangre; todo ello es obra de amor y de amor infinito. ¿Ves hasta que extremo te he amado? ¿Me quieres amar de verdad? Aprende antes a sufrir. El sufrir enseña a amar.”

San Juan de la Cruz:
"¡Amar eternamente y dar la vida cantando al Amor!"

San Francisco de Sales:
“Es el amor lo que da precio a todas nuestras obras; no es por la grandeza y multiplicidad de nuestras obras por lo que agradamos a Dios, sino por el amor con que las hacemos"

San Juan Pablo II:
“Amar a quien nos ha ofendido desarma al adversario y puede incluso transformar un campo de batalla en un lugar de solidaria cooperación.”
“No podemos dar amor a los hermanos si antes no lo recibimos de la fuente auténtica de la caridad divina, y esto sucede sólo después de tiempos prolongados de oración, de escucha de la palabra de Dios y de adoración de la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana.”

Ciao.

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