No somos un número, ni una oveja más en un rebaño. A los ojos de Dios tenemos nuestro propio nombre, nuestra propia huella dactilar… Nuestra identidad.
Cada uno tenemos nuestras peculiaridades, nuestra forma única de ser, de vivir, de amar, de compartir, de dar…
Él nos conoce desde lo profundo, y cuenta con cada uno de nosotros de una manera única, distinta, siempre nueva...
Pastoral SJ
Ciao.
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