A veces, el miedo a generar envidia en los demás y que nos traten mal por ello hace que nos guardemos algunas cosas lindas que nos pasan en lugar de compartirlas.
También puede hacer que no nos animemos a hacer u ofrecer cosas que tenemos o que sabemos hacer por miedo a los comentarios de los demás.
Son cuestiones que quizás parecen superficiales, pero que acaban limitando la entrega y el amor, porque en ellas, dejamos que el miedo o los prejuicios tengan la última palabra.
Quizás, algo que nos sirva sea sostener la certeza de que lo único que se pierde es aquello que no entregamos. Y que todo el amor dado se multiplica y da frutos aunque no sea siempre en los lugares y personas que esperábamos.
Ciao.
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