miércoles, 12 de diciembre de 2018
La suerte de la Fe transmitida
Muchos de nosotros somos católicos practicantes ¿Verdad?
Nuestros padres nos bautizaron y nos fueron dando (junto con la Parroquia y el colegio) una formación religiosa y un afianzamiento en la Fe, haciéndonos partícipes de las distintas celebraciones religiosas y preceptos que nuestra Madre la Iglesia nos pide para así poder ir madurando en la Fe que nos transmiten.
Diréis que porqué digo esto ¿Verdad? Bien, os lo explico.
El domingo pasado, pude participar en la Parroquia a la que voy a celebrar la Eucaristía, a una admisión de un catecúmeno que pedía ser admitido en nuestra comunidad parroquial, para comenzar el periodo de formación religiosa para cuando llegue la Pascua, y si Dios quiere, sea bautizado.
El momento ha sido muy emocionante, porque era un chico muy joven el que entra en el catecumenado.
La palabra catecúmeno, no sé a vosotros, pero a mi me sonaba y me suena a los primeros cristinos. Los conversos judíos, que después de haber conocido a Jesús pedían entrar en las comunidades cristianas que surgieron después de la muerte de Jesús y su seguimiento a los Apóstoles y comenzar un catecumenado hasta que eres admitidos en las comunidades por medio del bautismo. Un proceso de formación para además de conocer la doctrina y la Fe que quieren abrazar, les haga ser, al final del proceso, verdaderos seguidores de Jesucristo.
Bueno, hasta aquí un poco de información. Ahora viene lo que este acto de admisión de este chico, nuevo catecúmeno, ha significado para mi.
Para mi, tener Fe es el gran regalo que Dios, a través de mis padres me ha hecho.
El hecho de que una persona joven haya pedido el bautismo y pertenecer a la comunidad cristiana, en estos tiempos de increencia, de ataques a la Iglesia y a nosotros los católicos, en el que en la misma Iglesia Católica hay divisiones y enfrentamientos entre los mismos cristianos, para mi es reconocer una vez más, la grandeza de Dios, y el gran trabajo sin descanso que Él hace con sus hijos.
Mientras empezaba la pequeña procesión avanzando hacia el altar con el Párroco al frente y el catecúmeno y sus padrinos detrás de él por el centro de la Iglesia me preguntaba ¿Qué habrá visto en las personas que le rodean, este chaval tan joven para pedir hacerse católico? ¿En qué momento le ha tocado Dios el corazón para tomar esta decisión?
Decimos que Dios es grande y es la mayor verdad. No hay nadie como Él y no cesa de tocar los corazones de sus hijos para que se acerquen a Él.
Nosotros tenemos la suerte de haber heredado nuestra Fe. No demos lugar a que se apague ni se desvanezca. Cultivemosla todos los días, porque lo que no se cuida, se pierde.
Nuestra misión como apóstoles de Dios es llevar su Fe por todos los lugares y a todas las personas que nos rodean. Dios nos ha encomendado esa misión por el bautismo que nuestros padres pidieron para nosotros, y ahora nos toca a nosotros, sembrar la grandeza de Dios en este mundo.
Que Dios nos acompañe en nuestro caminar diario, y nunca deje que nos apartemos de su camino.
Ciao.
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