Muchos de nuestros anhelos enmascaran un
«Ven». Quizás ni siquiera seamos conscientes de ello.
Una llamada que brota de lo hondo, un ansia de plenitud, de pasión, de sentido.
La conciencia de que uno aún tiene tanto que alcanzar. El reconocimiento de la finitud, de la necesidad, de la limitación que quiere volar alto.
Una añoranza que grita en silencio, pidiendo una Palabra con la que todo encaje.
Ven pronto, ven ya, ven claro. Llevamos dentro el Adviento.
José María Rodríguez Olaizola
Ciao.
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