lunes, 21 de enero de 2019

Nuestros ojos son las ventanas del alma


“Los ojos son las ventanas del alma”, todos hemos escuchado esta frase en determinado momento. Efectivamente la mirada transmite lo que interiormente vivimos. La mirada es comunicativa, es apertura de mi vida a la vida del otro y también acogida de la vida del otro en la mía. Cuando conversamos mirar a los ojos se convierte en un acto de transparencia, de interés por el otro.

La mirada tiene una doble fuerza: Por un lado puede ser una mirada condenadora, que establezca muros, incomprensiva, etc. Pero también puede ser una experiencia sanadora, comprensiva, de apertura de mi propia vida a la vida de los demás, es así como se convierte en una experiencia de encuentro humano y al mismo tiempo divino. ¿Cuántos hemos vivido esa experiencia?

Los cristianos estamos llamados a mirar “sanadoramente” la vida de los demás y a dejarnos sanar por los demás al encontrar refugio y comprensión en sus miradas que nos sanan.
Frecuentemente andamos muy metidos en nuestros propios intereses, refugiamos nuestra mirada en mil cosas: Nuestro móvil, nuestras pantallas, nuestros libros y no está mal, pero también es necesario aprender a mirar a los demás.
Hoy el Señor me invita a mirar, con mirada sanadora y a descubrir, en el encuentro de miradas, a Aquel que nos habita y cuya mirada nos saca cada día.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao



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