viernes, 22 de febrero de 2019

Mercaderes


Hay que enfadarse y gritar contra el que profana vidas, el vendedor de apariencias, contra el mercader de credos y el usurero de penas.

Hay que devolver un ‘no’ a quien comercia con guerras, y oponer la fe desnuda a las armas, a las fieras que a zarpazos amenazan esta humanidad hambrienta de sentido, de palabra,
de esperanza, de inocencia.

Hay que tirar por el suelo las mesas de los cambistas que regatean con leyes y manipulan conciencias.

Plantarle cara a lo indigno, aunque resistir convierta en incómodo a quien lucha, en peligroso al que alega que no es amar un negocio, ni el egoísmo bandera.

Hay que despejar el templo de cerrojos y cadenas, de credos atornillados, y corazones de piedra.

Hay que silenciar el ruido, y dar voz a los profetas.

José María Rodríguez Olaizola

Ciao.

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