domingo, 17 de marzo de 2019

La hora de la verdad


La Iglesia no posee hoy el vigor espiritual que necesita para cumplir adecuadamente su misión enfrentándose a los retos del momento actual.
Sin duda son muchos los factores y las causas que pueden explicar esta mediocridad espiritual, pero tal vez la raíz principal esté en la ausencia de contacto vital con Jesucristo que se puede observar en los diversos sectores de la Iglesia.
Jesús no es conocido, no es amado, no es sentido ni seguido como lo fue por sus primeros seguidores.
Muchos simplemente lo confiesan y adoran como Dios desde una percepción doctrinal de su misterio. De hecho, ese Jesús no seduce ni atrae. No tiene fuerza para convertirnos en sus seguidores.
Probablemente, esta ausencia de un contacto más vital con Jesucristo es el mayor obstáculo para impulsar la renovación a la que el papa Francisco nos está llamando: «Invito a cada cristiano, en cualquier situación en que se encuentre, a renovar su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por él, de intentarlo cada día sin descanso» (Evangelii gaudium 3).
A nuestro cristianismo le está llegando la hora de la verdad. O dejamos de ser simplemente adeptos de una religión y nos convertimos en seguidores de Jesucristo o nuestro cristianismo corre el riesgo de desaparecer.
Para ser cristianos se requerirá en el futuro una experiencia cada vez más viva de Cristo y una identificación cada vez más convencida con su proyecto.

José Antonio Pagola

Ciao.

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