Pedir la gracia de Dios

Entre prisas y prejuicios, entre lo superficial y lo obvio, muchas veces pasan desapercibidas las realidades más hondas de las personas que nos rodean.
Una de las invitaciones que nos hacen los Ejercicios Espirituales es «mirar cómo Dios habita en las criaturas» .
Hoy debemos pedir esta gracia con insistencia. El poder mirar más allá de lo evidente. El reconocer esos pequeños gestos cotidianos que, vistos desde Dios, se transforman en milagros. El percibir la verdad profunda de tantos que aparecen sonrientes, pero que anhelan una palabra de aliento.
En definitiva, debemos pedir la gracia de mirar como Jesús. Él reconoce la situación de cada persona y se ofrece para que esta descubra la plenitud de su existencia y advierta cómo Dios habita dentro de cada ser humano.
Si cada uno de nosotros mirara la realidad al modo de Jesús haríamos de este mundo uno más fraterno, justo y humano.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.