martes, 23 de abril de 2019
Cuando se vacían las tumbas
Es tiempo de vaciar los sepulcros. Y tal vez todos tenemos alguno dentro, cubierto con una enorme losa. Pero, ¿Por qué el dolor habría de tener la última palabra?
El aire no se mueve. Es frío y pesado al tiempo. No hay ruido, ningún sonido. El silencio casi duele. Tampoco hay luz. La pared es de roca. No hay vida. Y la única entrada está taponada por una gran losa que cierra toda posibilidad de vida...
Pero es tiempo de vaciar los sepulcros.
Es tiempo de mover las losas.
Es tiempo de que vuelva la vida, como antes y al tiempo transformada.
Es tiempo de que el silencio dé paso a nuevas palabras, murmullos, gritos y risas. De que la quietud se transforme en baile y el frío se trastoque en la calidez del ser que vibra, late y ama.
Pastoral SJ
Ciao.
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