Parece que los días no pasan, pero despacio y casi sin que se note, van cayendo uno a uno, semana a semana, mes a mes, año a año…
Y lentamente, esos días, esas semanas, esos meses, esos años… Van sumándose uno tras otro y, aunque cueste creerlo, ya son tantos…
Pero al igual que las ramas de los árboles que pierden las hojas en el otoño, en cuanto el sol empieza a calentar aunque sea antes de tiempo, los brotes empiezan a nacer de nuevo y es entonces cuando nos damos cuenta de la velocidad a la que pasa el tiempo, mejor dicho, nuestro tiempo.
Que sepamos aprovechar y disfrutar de nuestro momentos, valorando cada minuto de ellos.
Ciao.
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