No abandones tus sueños

Muchas veces, nos pasa que limitamos nuestras esperas y deseos por miedo.
Miedo al fracaso, a la desilusión, a que nuestras expectativas nos queden demasiado grandes. Entonces, nos achicamos incluso antes de empezar.
Empequeñecemos nuestras aspiraciones. Vamos abandonando nuestros sueños y así nuestra vida va vaciándose de a poco.
Se va a apagando, quedándose en versiones grises y deslucidas de todo lo que podríamos haber sido y haber hecho. Esto no es lo que Dios quiere para nosotros.
Dios nos invita a vivir en plenitud. Y para poder hacerlo, es necesario tener el coraje de animarnos a vivir intensamente nuestros propios deseos.
Hoy más que nunca te aliento a reivindicar el poder de la ilusión, de tus deseos y de tus esperanzas, porque son ellos los que te permiten ponerte en camino, los que le dan propósito y sentido a tu vida.
“Será lo que te saque de la cama cada mañana lo que decidas hacer con tus atardeceres” (Padre Pedro Arrupe).

Ciao.