martes, 18 de junio de 2019

Flaqueza evangélica


Fuerza en la debilidad, flaqueza evangélica. ¿Quién dijo que el Evangelio es para gente intachable?

¿Cómo puedo llamarme cristiano cuando a veces me descubro tan alejado de Dios, tan egoísta con la gente, tan frío en la fe? ¿Cómo puedo hablar de amor cuando a veces mi corazón alberga desprecio o indiferencia? ¿Cómo amar a un Dios que a veces se me oculta?
Pareciera que para vivir el Evangelio hay que ser gente virtuosa, paciente, buena, sólida, firme, coherente a ultranza… ¡Vamos, un mirlo blanco!
Parece que hay que tenerlo todo claro, o al menos tener muy claro lo esencial. Pero en realidad esa es una de las paradojas del Evangelio. Descubrir en nosotros una debilidad fecunda, una flaqueza invencible, una contradicción sedienta de algo firme. Y ahí, en esa tormenta, avanzar sin rendirse, sabiendo quién nos sostiene…

Pastoral SJ

Ciao.

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