sábado, 27 de julio de 2019
"Resucitar" cada día
En la vida, morimos muchas veces. Son muertes chiquitas, que son casi diarias y cotidianas:
Morimos a nuestras versiones viejas y anticuadas, que ya no nos sirven para caminar.
Morimos a los sueños que se frustran o que simplemente ya no nos inspiran.
Morimos a las relaciones que fracasan.
Morimos a todo eso que quisimos ser cuando nos damos cuenta de que la vida y sus misterios nos han convertido en alguien diferente.
Morimos a los callejones sin salida que nos presenta el camino.
Pero la muerte no tiene la última palabra, y este es el anuncio que Jesús vino a traernos: Aún en la vida, y para poder seguir adelante, todos los días existe una forma de resucitar.
Nuevos sueños. Nuevos amores. Compañeros de camino en los que apoyarnos cuando los pies tambalean. Ojos renovados para ver situaciones que quizás no van a cambiar, pero con las que podemos aprender a vivir. Y en última instancia, la presencia de un Dios que es amigo y nos anima y sostiene para siempre.
Ciao.
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