jueves, 11 de julio de 2019

Vacaciones


Cuando llegan las vacaciones, o unos días de descanso, a todos nos apetece tomar distancia del lugar donde vivimos, trabajamos o estudiamos para zambullirnos en otra realidad para descansar de lo cotidiano.
A veces, incluso con un ritmo más intenso de lo habitual. Durante este periodo, corremos el peligro de convertirlas en una simple huida.
Es que acaso, ¿No estoy viviendo mi vida plenamente que tengo que huir de la realidad para buscar lo que anhelo en ella? En estas huidas, podemos convertirnos en coleccionistas de experiencias sin que estas se integren en nuestra vida. Convirtiéndolas así, en una publicación más de nuestras redes sociales para que los demás las vean pero sin que la experiencia pase transformándonos desde dentro.
Este es uno de los peligros de las vacaciones y las distintas experiencias que en ellas se pueden dar.
No somos un edificio de habitaciones estancas donde vivo distintas realidades en cada una de ellas. Sino un ser integral viviendo una misma realidad que es nuestra vida cambiante y a veces, frenética.
Es necesario tomar distancia de nuestra realidad para descansar, saber dónde estoy y cómo venimos.
Es decir, Dios nos invita a descansar en Él para preguntarnos ¿Cómo vengo? y ¿Qué traigo? a estas vacaciones.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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