martes, 13 de agosto de 2019

Fraternidad


Contigo, ¿Quién no está en casa?
Que el cielo es techo común y la tierra hogar de todos para hollarla, saltarla, habitarla…

Tenemos la misma piel, una Sangre nos da vida, y una esperanza profunda alienta nuestros sueños: La paz de quien descansa seguro, el Pan compartido en mesa común, la Palabra que cambia en hondura los vacíos, el amor que es vendaval y calma, el trabajo en que gastar los días, la sonrisa de los nuestros (que son tantos), la sabiduría de los años llenos de historia.

Esperanza de uno y de todos, cada vez que se rompe en alguien, todos morimos un poco, que no nos hiciste vecinos, rivales ni extraños, Nos hiciste hermanos.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.

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