jueves, 17 de octubre de 2019

El mérito


El mérito tiene un lugar privilegiado en nuestra cultura, y muchas veces también en nuestra propia vida.
Parece que vale solamente lo que producimos y rendimos, y cuanto más se produce y se rinde, más valemos.
En esta desesperación por la productividad en la que nos vemos envueltos, fácilmente se nos puede colar en nuestra vida una imagen desacertada de Dios: Que para Él valemos según lo que rendimos y que Él solo nos quiere si hacemos bien las cosas.
De esta forma, nuestra vida solo se configura en torno al mérito. Pero este no es el modo de Dios.
Su amor es gratuito: No nos quiere por lo que hacemos, sino porque somos sus hijos.
En base a todo esto, te invito y me invito a preguntarnos: ¿Qué rige mi relación con Dios, el mérito o la gratuidad?

Ciao.

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