martes, 12 de noviembre de 2019

Diversidad en la "Casa de la armonía"


Recientemente he tenido la oportunidad de compartir un viaje con varios compañeros de diversos países. Y, como dice el refrán, "cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre" (incluso entre los que compartimos una misma fe).
Pero esta diversidad es consustancial a la Iglesia, ya que como nos recuerda el Papa Francisco “es católica, porque es la «Casa de la armonía», donde la unidad y la diversidad hábilmente se combinan entre sí para ser riqueza». 
Pensemos en la imagen de la sinfonía, que significa acuerdo y armonía, diferentes instrumentos tocan juntos, cada uno conserva su timbre inconfundible y las características de sonido se funden y acuerdan en algo común.
No todos somos iguales, y no debemos ser iguales. Todos somos diversos, diferentes, cada uno con sus propias cualidades y esa es la belleza de la Iglesia: cada uno trae lo propio, lo que Dios le dio, para enriquecer a los demás. Y entre los miembros hay esta diversidad, pero es una diversidad que no entra en conflicto, no se contrapone; es una variedad que se deja fundir en armonía por el Espíritu Santo; Él es el verdadero «Maestro», y Él mismo es la armonía”.
Pidámosle pues al Señor que nos ayude a vivir esta diversidad de acentos, carismas o grupos dentro de su Iglesia, no como un problema, sino como un don del Espíritu.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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