lunes, 20 de enero de 2020

Dejar que los hermanos nos ayuden


La humildad, vivida por amor, es una virtud que elimina la arrogancia de parte de quien ofrece ayuda, y también la vergüenza de quien recibe la ayuda.
Donde existe la comunión, el hecho de dar o recibir ayuda es secundario, porque el amor mutuo hace que todo sea de todos, tanto los bienes como las necesidades.
Una ayuda muy importante y que, a veces, olvidamos de pedir y es difícil de aceptar, es la corrección fraterna. Dejar que los hermanos nos ayuden también en este sentido: Que nos muestren donde tenemos que cambiar para ser mejores personas.
Cuando practicamos con humildad y amor este tipo de ayuda entre nosotros, el progreso espiritual es colectivo, crecemos juntos. Caminamos juntos, por así decir, el camino de santidad.
Dios nos quiere justos y santos, y sólo conseguiremos alcanzar ese objetivo con Su ayuda y la ayuda recíproca.

Apolonio Carvalho Nascimento

Ciao.

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