No existe concordia sin renuncias. Más que renunciar, yo hablaría de desapegos y de la aceptación del otro.
La concordia no es una uniformidad de ideas, es muchos más que eso. Es estar unánimes en la vivencia del bien que destruye el mal; es estar unidos a través del amor mutuo, que está por encima de los credos, de las culturas y de las ideologías.
El amor cubre todo y da el verdadero valor a cada cosa.
Por lo tanto, el camino de la concordia es el camino del amor mutuo escogido como estilo de vida.
Concordia es saber que escuchar es más importante que hablar; es saber que el diálogo es el inicio de ese camino, iluminado por la tolerancia y por el respeto a las diferencias, es saber que podemos actuar juntos y en paz rumbo a la unidad.
Apolonio Carvalho Nascimento
Ciao.
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