miércoles, 19 de febrero de 2020

Ley de eutanasia: Peligrosa, innecesaria, antijurídica e injusta



No podemos dejar de señalar estas características terribles de la propuesta de ley de eutanasia. La respuesta al dolor y al sufrimiento tiene que ser siempre el acompañamiento amoroso y los cuidados paliativos.
Con motivo de la presentación a trámite de ley de Eutanasia en el Congreso de los Diputados, hemos de recordar que España está a la cola de Europa en el número de servicios de Cuidados Paliativos, con 0,6 servicios por cada 100.000 habitantes, cuando la recomendación europea está en 2 por cada 100.000. Con ello se encuentra al nivel de países con mucha menor renta per cápita como Rumanía, Turquía o Grecia y por debajo de Portugal, Francia e Italia.

Concretamente, son  más de 200.000  las personas que precisan Cuidados Paliativos y sólo los reciben 68.000, lo que supone que no alcanzan ni a la tercera parte. Llamativamente, además, el 85% de los niños que necesitan esta asistencia, no los reciben. Lo que el Gobierno pretende es negar esta ayuda a quien la necesita y presentar en su lugar una ley peligrosa, innecesaria, antijurídica, e injusta.

Una ley peligrosa:

Peligrosa, porque esta ley daña a los médicos poniéndoles en la necesidad de ser los que causen la muerte a sus pacientes, perjudicando la profesión médica cuya misión primigenia es curar y aliviar. Es peligrosa para nuestro sistema sanitario porque necesariamente generará desconfianza de enfermos graves y ancianos que acudirán a los hospitales públicos sabiendo que con esta ley los médicos pueden curarles, pero también causarles la muerte por razones «humanitarias».
En el artículo 14 de la proposición de ley de eutanasia se garantiza que la “ayuda para morir (…) se realizará en centros sanitarios públicos, privados, o concertados, sin que el acceso y la calidad asistencial de la prestación puedan resultar menoscabadas por el ejercicio de la objeción de conciencia sanitaria o por el lugar donde se realiza».
Es decir, que los hospitales privados también tendrán que aplicarla necesariamente, sin importar si es contraria a su ideario. Como ha señalado el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, esto supone un grave riesgo de mercantilización de la práctica eutanásica. Convertir la eutanasia en negocio.

Una ley innecesaria:

Es una ley innecesaria, porque lo que necesitan los que se encuentran en situaciones difíciles o desesperadas, los que de acuerdo con la ley se encuentran en “situación de enfermedad grave e incurable o de una enfermedad grave, crónica e invalidante, padeciendo un sufrimiento insoportable que no puede ser aliviado en condiciones que considere aceptables”.
Lo que necesitan los enfermos graves y crónicos es una correcta atención sanitaria, como la que ofrece la Seguridad Social.
Los que padecen sufrimiento insoportable necesitan unos cuidados paliativos que les ofrezcan una respuesta científica al dolor y acompañamiento y ayuda a su sufrimiento y al de sus familiares.

No que los mate:
Jurídicamente no se puede proteger el derecho a morir. Esto es pervertir la esencia de los derechos fundamentales que deben proteger la vida y la libertad, no garantizar la muerte

Una ley antijurídica:

La proposición de ley de eutanasia es también antijurídica, porque presenta garantías que son falsas. Por ejemplo, pide que la solicitud de eutanasia se haga por escrito y en dos ocasiones, pero prevé un procedimiento extraordinario para “situaciones de incapacidad de hecho permanente” en que esta solicitud puede hacerla otra persona sin contar con la persona enferma.
Además, aunque contempla la objeción de conciencia, lo hace de “manera previa” facilitando el que haya listas negras de médicos objetores, contra los que se podrían tomar medidas.
En el artículo 7 de la porposición, si un médico cumple con su deber y deniega la petición de eutanasia tiene que dar sus razones por escrito y de manera motivada. Y el mismo artículo prevé contra esa negativa un recurso.
Además jurídicamente no se puede proteger el derecho a morir. Esto es pervertir la esencia de los derechos fundamentales que deben proteger la vida y la libertad, no garantizar la muerte.
El grupo formado por las personas discapacitadas sigue siendo objetivo de esta ley al tratarse de personas “con enfermedad invalidante”

Una ley injusta:

Esta ley, de aprobarse, será injusta -de lo peor que se puede decir de una ley-, porque afectará fundamentalmente a la parte más vulnerable de la sociedad. Los ancianos y enfermos con enfermedades “raras” que verán como ya no resulta interesante investigar para curar o mejorar sus condiciones sino que la respuesta que  les da la Sanidad puede ser la muerte.
Hay que señalar que con mucha hipocresía el gobierno ha suprimido la referencia a discapacidad grave y crónica, respecto de la anterior proposición de ley, que no olvidemos iba dirigida a que pudieran pedir la eutanasia los discapacitados. Pero el grupo formado por las personas discapacitadas sigue siendo objetivo de esta ley al tratarse de personas “con enfermedad invalidante”.
No podemos dejar de señalar estas características terribles de la propuesta de ley de eutanasia. La respuesta al dolor y al sufrimiento tiene que ser siempre el acompañamiento amoroso y los cuidados paliativos.
En este sentido, desde el grupo de expertos VidaDigna de Profesionales por la Ética, estamos elaborando un texto de Proposición de Ley Orgánica de Cuidados Paliativos para la atención integral a las personas y sus familias en el proceso final de la vida que permitiría abordar todas las cuestiones relacionadas. Dicho texto está siendo presentado a los diferentes grupos políticos y a los medios. 

Carlos Álvarez

Ciao.

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