Señor, ten piedad.
Ten piedad de mi oscuridad, mi debilidad, mi confusión.
Ten piedad de mi infidelidad, mi cobardía, mi girar en círculos, mi inestabilidad, mis evasiones.
No pido nada, sino misericordia, siempre, en todas las cosas, misericordia.
Señor, ten piedad.
Guíame, hazme querer ser sostenido, ser un hombre de Dios a pesar de la desesperación y la confusión.
No pido necesariamente claridad, sino sólo ir de acuerdo a tu amor, seguir tu misericordia,
confiar en tu misericordia.
Amén.
T
homas Merton
Ciao.
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