viernes, 2 de octubre de 2020

Podemos cambiar el mundo


 Todo lo que hemos vivido a lo largo de este año, nos ha llevado a comprender que es necesario un cambio. Un cambio en el mundo, en la manera nuestra de hacer uso de los recursos. 

Cambio en nuestras relaciones; nos a llevado a comprender lo importante que somos los unos para los otros. Este tiempo nos ha sacado de la espiral de la inercia y, en el mejor de los casos, nos ha confrontado con nosotros mismos, con la fragilidad de nuestra vida; pero también, con la grandeza del ser humano en la lucha por la vida. Este tiempo nos ha llevado a comprender, quizás, que cada uno de nosotros tiene un rol importante en el cambio que todos necesitamos.

Ante esto, podemos traer a la memoria aquella frase del P. Arrupe: “No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido”, tan actual y necesaria en este tiempo. 

Efectivamente necesitamos un cambio, pero ese cambio no puede ser delegado a “los otros”, el artífice del cambio soy yo, es cada uno de nosotros; con su historia, sus talentos, sus fragilidades... Nos ha tocado vivir un momento importante en la historia, y no podemos, no debemos resignarnos, a que el mundo continúe como si “yo”, nosotros no existiéramos. 

Este es el tiempo propicio para el cambio. Tú y yo somos los artesanos de un mundo mejor.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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