sábado, 3 de octubre de 2020
Pon Tu mano en mis ojos
Pon barro y saliva, y tu mano humana y divina, en mis ojos para que tengan vista.
Pon tu mano en mis ojos miopes, para que puedan mirar más allá de la costumbre, la familia y la comunidad, y ver al hambriento, al sediento, a los siempre pobres.
Pon tu mano en mis ojos endurecidos por el paso de los años y los fracasos, para que se transformen mis ojos emocionados, capaces de llorar.
Pon tu mano en mis ojos cansados, que no alcanzan a distinguir bien cosas y personas, para que adquieran juventud y claridad en este mundo convulso y cambiante.
Pon tu mano en mis ojos enfermos, mal acostumbrados y poco cuidados, para que recuperen la salud y puedan ver sin engaño en plenitud.
Pon tu mano en mis ojos heridos por tantos golpes, luces y fogonazos que han recibido de la vida cuando intentaban verla en profundidad.
Pon tu mano en mis ojos vacilantes, que no saben detenerse y reconocer lo que ante ellos emerge con novedad dejándome siempre perplejo y vacilante.
Pon tu mano en mis ojos superficiales, que pasan rápida y febrilmente por todo lo que encuentran y se les ofrece, pero evitan encuentros y compromisos.
Pon tu mano en mis ojos ciegos, clausurados a la Vida y a la Luz, para que vuelvan a ver la vida y tus signos con paz, amor y movimiento.
Pon barro y saliva, y tu mano humana y divina, en nuestros ojos para que tengan vista.
Amén ...
Florentino Ulibarri
Ciao.
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