martes, 22 de diciembre de 2020
Condúceme a lo secreto
Condúceme a lo secreto, Señor, allí donde habitaremos juntos.
Al lugar de la desnudez y el despojo, a la intemperie de mis miedos y ansiedades,
a la tristeza de mis noches frías a la soledad del corazón herido a la incertidumbre de mis frustraciones, al silencio de mis palabras censuradas.
Condúceme a lo secreto, allí donde habitaremos juntos.
Al desierto de mil manantiales escondidos, al cobijo del sol que me alienta, a la raíz de la vida escondida, al fuego de los hondos deseos, a la ternura del afecto que cura al silencio de la oración confiada.
Condúceme a lo secreto, allí desde donde resucitaremos juntos.
Matías Hardoy, SJ
Ciao.
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