Intenté apresar el amor. No hay cadenas para eso.
Quise detener el tiempo, corrió más rápido.
Traté de repetir instantes mágicos, y maté la magia en el intento.
Al desandar el camino me extravié por el pasado.
Bailé con la memoria y la nostalgia hasta acabar exhausto.
Busqué a Dios en mis recuerdos, y lo encontré en la esperanza.
Hay que dejar marchar los fantasmas de ayer.
José María Rodríguez Olaizola, SJ
Ciao.
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