Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

"Ecco, Signore, io vengo per fare la tua volontà." (39/40,8)

Es lo más íntimo y valioso que tengo, mi voluntad. Por eso, tiene tanto valor entregársela a quien me ha creado, convencido de que, juntos, Él y yo, haremos de mi vida una divina aventura, para felicidad mía y de quienes me rodean. 

Esta es también una de las palabras que más pone de relieve el aspecto contracorriente del Evangelio, ya que contrasta con nuestra tendencia más arraigada: Buscar nuestra voluntad, seguir nuestros instintos, nuestros sentimientos.

Esta Palabra es también una de las más impactantes para el hombre moderno. Vivimos en la era de la exaltación del yo, la autonomía de la persona, la libertad como fin en sí misma, la autosatisfacción como la realización del individuo, el placer considerado como el criterio de las propias elecciones y el secreto de la felicidad. Pero también sabemos las consecuencias desastrosas que tiene esta cultura.

Ahora bien, esta cultura basada en la búsqueda de la voluntad se contrasta con la de Jesús, totalmente orientada a la realización de la voluntad de Dios, con los maravillosos efectos que nos asegura.

Entonces trataremos de vivir la Palabra de este mes eligiendo también la voluntad del Padre, es decir, haciéndola, como Jesús hizo, la norma y el motivo de toda nuestra vida.

(Fonte: www.centrochiaralubich.org - Commento alla Parola di Vita: Ecco, io vengo a fare la tua volontà - Chiara Lubich).

Ciao.