En un partido de fútbol o en un concierto de música existe una gran cantidad de personas que lo ven en vivo y en directo a través de la pantalla del móvil.
Hemos incorporado este gesto a nuestra cotidianidad. Preferimos mirar la vida por los ojos del móvil que por los nuestros propios.
Vivimos en el constante deseo de tener grandes emociones y querer guardarlas para siempre. Podemos llegar a tener la sensación de que la tarjeta de memoria de nuestro móvil tiene más recuerdos que nuestro corazón.
La invitación es a examinar cómo y por dónde miramos la vida, en qué gastamos nuestras fuerzas y dónde encuentras felicidad y amor.
Nos sorprenderá el valor de las cosas más insignificantes, el color de los momentos y sobre todo, la sensación auténtica de estar viviendo.
Saber a dónde voy y a qué en cada momento para en todo Encontrarle y Seguirle.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
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