“¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano? La respuesta es sencilla: Es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en las bienaventuranzas”.
Con estas palabras el Papa Francisco nos recuerda dónde mirar si queremos cumplir la voluntad de Dios. Una de las bienaventuranzas es la pobreza en espíritu, aquella que nos hace pertenecer al Reino de los Cielos con alegría.
San Ignacio ya sabía que esto debía ser importante en la vida de un cristiano. Porque nos hace preguntarnos dónde colocamos la seguridad de nuestra vida. Quien conoce la indiferencia ignaciana sabe que es una invitación evangélica a vivir con gran libertad interior, y a poner la esperanza solo en Jesús.
Desde donde se puede compartir la vida a los demás, con los más pobres, y dar mucho fruto.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
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