miércoles, 28 de julio de 2021

Crecer como las pequeñas semillas

Hay que crecer como las pequeñas semillas. Esas que parecen tomar tiempo y en las que sentimos la presencia de Dios como una brisa que acaricia la tierra. Él actúa desde lo pequeño, desde el silencio, desde eso secreto que está llamado a dar fruto para otros.

La tentación es, sin embargo, desfallecer en poner la confianza en Él y creer que con las propias fuerzas es suficiente.

En ese sentido, la pequeñez fecunda del Evangelio nos invita a la humildad. Cuando el corazón le da espacio a Dios para ser Dios, nos ayuda a crecer y a dar buenos frutos. 

Es necesario que nuestro orgullo disminuya para que la acción divina en nosotros crezca. No sabemos cómo y cuándo, pero la semilla de mostaza, así como la levadura que fermenta la harina, se transforman para dar vida en abundancia.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.


 

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