“Prohibido el paso”

Cuando uno encuentra una señal de “prohibido el paso” se encuentra con una prohibición directa. Hay pocas cosas más claras e inevitables.

Dios manda también a veces estas señales. “Por aquí, no”. A lo mejor ese camino te parece bueno y transitable. A lo mejor, hasta lo es. Pero no para ti. Dios te conoce y te quiere bien y sabe bien qué te conviene. Quizás tiene planes más altos y mejores para ti.

Cuando San Ignacio llegó a Jerusalén se encontró con una señal de “prohibido el paso”. Quien tenía autoridad eclesiástica allí le dijo que debía abandonar Tierra Santa, bajo pena de excomunión. 

San Ignacio se sabía enviado allí por inspiración divina, pero confió más en la voluntad de Dios, aunque esa estuviera expresada en aquel momento de forma negativa. 

Sin ese “no”, nunca habría abandonado Tierra Santa y, finalmente, nunca habría fundado la Compañía de Jesús, que era el plan más alto y mejor que la Divina Majestad tenía preparado para él.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.