sábado, 18 de septiembre de 2021

“Vender” siempre nuestra mejor imagen

Pues si nuestro corazón nos condena, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas” (1Jn 3,20). 

Parece ser que queremos presentarnos siempre como seres perfectos y acabados y se nos hace difícil creer que Dios quiere ser Dios también en nuestras miserias, en nuestras limitaciones y en nuestras fragilidades. 

El mundo hoy parece invitarnos a “vender” siempre nuestra mejor imagen y a pasar la vida  mostrando y  demostrando nuestra perfección y poderío. Más aún, parece ser que tenemos miedo a ser auténticos y a presentarnos a los otros portando entre las manos nuestra vulnerabilidad. 

Sin embargo, Dios no cesa de decirnos que quiere entrar en nuestra historia a partir de las dimensiones en las que nos sentimos incapaces y limitados. Donde no nos sentimos capaces, donde no podemos darnos respuestas, donde no podemos satisfacernos por nosotros mismos… Es allí donde Dios quiere entrar para transformar nuestra historia.

El Dios de Jesús es el Dios de las sorpresas. Él sabe valerse de medios insospechados para alcanzar nuestras historias y desatar caminos de conversión. 

¡No tengas miedo de descubrirte en tu fragilidad! Pues igual, si tu corazón te condena, ¡Dios es siempre mayor!

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

 

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