miércoles, 13 de octubre de 2021

Espacio de Paz

Todos los días, después de regresar del colegio, el hijo de un conocido rabino entra en casa, coloca su mochila sobre la mesa del comedor, sale de casa por la puerta trasera y se encamina hacia los bosques que hay detrás de la vivienda.

Al principio, el rabino no da mucha importancia al ritual de su hijo, pero este hecho se repite durante días, y luego durante semanas. Todos los días, el muchacho sale de casa para adentrarse en el bosque durante casi media hora, y esto aumenta la preocupación del rabino.

Un día el rabino le dice a su hijo:

- Hijo mío, he observado que todos los días sales de casa y pasas un tiempo en el bosque. ¿Qué haces allí?

El hijo le responde:

- ¡Oh, papá! No tienes por qué preocuparte. Voy al bosque para rezar. Es en el bosque donde puedo hablar con Dios.

El rabino dice con evidente alivio:

- Pero, como hijo de rabino que eres, deberías saber que Dios es el mismo en todas partes.

- Sí, papá. Sé que Dios es el mismo en todas partes, pero yo no lo soy, replica el hijo.

Ciao.

 

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