lunes, 11 de octubre de 2021

Si quieres ser feliz, toma tu cruz y sígueme


 Palabras que no dejan de resonar, en esta ocasión recogidas por Jesús Barroso.

Últimamente resuena fuertemente en mí unas palabras de Jesús en el Evangelio, “quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Quien se empeñe en salvar su vida, la perderá; quien la pierda por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?, ¿Qué precio pagará el hombre por ella?” (Mt 8, 34-37). La verdad es que leer este texto impresiona, no te termina de dejar tranquilo, ¿Qué nos quiere decir Jesús en él?, ¿Parece bastante claro el mensaje no?, ¿Por qué nos cuesta tanto aceptarlo?

El problema quizá sea que en la sociedad actual parece que las cruces están prohibidas, el objetivo de la vida es disfrutar, hacer lo que de verdad sientes que quieres hacer; sin darnos cuenta que el objetivo como cristianos es hacer la voluntad de Dios y no todo el rato lo que nos apetece o viene mejor. Apostar por la fe implica elegir, lo que conlleva cruces, renuncias y sacrificios; implica optar por Dios y su proyecto, siendo capaces de renunciar a todo aquello que nos aleja de este propósito.

Desde nuestra fe creemos que cuando uno vive desde el proyecto de Dios es capaz de descubrir la verdadera felicidad y plenitud de la vida. ¿Pero entonces no hay que hacer lo que uno quiera? ¡Al revés! La invitación de Dios tiene que ver precisamente con lo que realmente queremos y soñamos. Increíblemente hay muchas veces que nuestros sentimientos nos engañan y nos alejan de lo que realmente querríamos hacer. Quizás simplemente tengamos que dejar de situarnos siempre en el centro de todo, para que así Dios pueda “contarnos” lo que realmente sueña para nosotros. Y así encontraremos la verdad felicidad. Una felicidad que dará sentido a todo lo que hagas y que te permitirá, incluso en los momentos malos y duros de la vida, encontrar el sentido y el porqué, que te impulsa a levantarte con pasión todos los días. Un vida vivida desde la vocación de Dios es una vida apasionada que todos nos merecemos vivir.

Jesús confía siempre en Dios, sigue confiando en él, incluso en un momento de sufrimiento tan fuerte como en la cruz, porque tiene muchos “argumentos” para hacerlo, porque ha descubierto que Dios es alguien en quién merece la pena confiar. Aquí reside la clave del cristianismo, darse cuenta que el salto de confianza que la fe nos exige tiene todo el sentido del mundo, porque saltas teniendo muchas cosas “claras”, intuyendo que estás haciendo lo correcto, que de verdad tiene sentido toda la dinámica que Dios nos propone. Y quizá llegues a descubrir que confiar en el amor de Dios es sencillo: simplemente consiste en aceptar la dinámica de Dios en tu vida, aceptar que no hay propuesta de humanidad mejor que las que nos propone Jesús de Nazaret. Invitándonos a dejar de situarnos en el centro, y a que empecemos a poner a Dios y a los más necesitados como centro de nuestra vida.

Jesús Barroso

Ciao.

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