¿Por qué, frente a tu libertad, elijo las cadenas?
¿Por qué no veo a mi hermano, sino un reo y un veredicto?
¿Quién me ha nombrado su juez, si tú me llamas amigo, si tú le llamas amigo?
¿Por qué conjugo el cumplimiento sin amor, la obligación sin servicio, la perfección sin misericordia y la exigencia sin esperanza?
La salvación es tu regalo, no nuestra conquista.
Hacer el bien es la respuesta, no una cláusula previa.
Seguirte es aprender de Ti, sin creer saberlo todo.
Qué fácil es esconderse en la ley para no arriesgarse a tomar en serio tu justicia.
José María Rodríguez Olaizola, SJ
Ciao.
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