Ayer pensaba…¿Cuántas veces dejamos las cosas para después? Si, ese hábito o la acción de postergar para otro momento actividades o situaciones de la vida cotidiana.
Postergar ocasionalmente es natural. Pero la postergación excesiva puede causar sentimientos de culpa dado que no se hizo una tarea cuando debía hacerse. También nos puede causar ansiedad ya que la tarea todavía está pendiente y la postergación excesiva puede influir en nuestro éxito personal.
Porque… el *Después* te llamo. *Después* lo hago. *Después* lo digo. *Después* yo cambio. Dejamos todo para *Después*, como si el *Después* fuese lo mejor.
Por qué no entendemos que... *Después* el café se enfría, *Después* la prioridad cambia, *Después* el encanto se pierde, *Después* temprano se convierte en tarde, *Después* la añoranza pasa, *Después* las cosas cambian, *Después* los hijos crecen, *Después* la gente envejece, *Después* el día es noche, *Después* la vida se acaba.
No dejes nada para *Después*, porque en la espera del *Después*, tu puedes perder los mejores momentos, las mejores experiencias, los mejores amigos…
Acuérdate que el *Después* puede ser tarde. El día es hoy. ¿Te suena todo esto?
Chema Montserrat
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario