Celebra la vida cada día

Celebrar la vida implica la ilusión de vivir, las ganas de vivir, las ganas de  disfrutar de cada momento, solos o en compañía. Y en el camino de la misma, sentir la pasión por despertar todos los sentidos a la percepción de sus alegrías con todos nuestros sentidos. A través de la vista, el oído, el tacto y el gusto nos llegan muchas de las impresiones gratificantes cada día. Resulta un gran ejercicio para nuestra salud diaria el preguntarnos todos los días por las alegrías hemos vivido en forma de amistad, afecto, logros. Y, además debemos hacernos  la pregunta y escribir pacientemente la respuesta, anotando cuidadosamente las experiencias satisfactorias que han llenado nuestra alma y también nuestro cuerpo. Sentir el encantamiento de vivir, sin dejar que el corazón se embote con las preocupaciones de la vida (Lc 21,34), forma parte de la experiencia cristiana.

Ciao.