¿Todo es tan sencillo como ponerse en las manos de Dios?
¿Alguna vez te has sentado por ahí y de repente has sentido deseos de hacer algo agradable por alguien a quien le tienes cariño? Ese es Dios que te habla a través de tu buen deseo.
¿Alguna vez te has sentido tan cansado de todo, hasta quererte morir y de pronto, un día sientes que tienes la suficiente fuerza para continuar? Ese es Dios que te cargó en sus brazos para que descanses.
¿Alguna vez te has sentido derrotado y nadie parece estar alrededor tuyo para hablarte, y sientes el deseo de hacerlo? Ese es Dios, que quiere hablar contigo.
¿Alguna vez has estado pensando en alguien a quien amas y no has visto hace tiempo, y la próxima cosa que pasa es verlo o recibir una llamada de esa persona? Ese es Dios que te visita.
¿Alguna vez has recibido algo maravilloso que ni siquiera pediste? Ese es Dios que conoce los secretos de tu corazón.
¿Alguna vez has estado en una situación problemática y no tenías indicios de cómo se iba a resolver y, de pronto, todo queda resuelto sin haber hecho nada? Ese es Dios que toma nuestros problemas en sus manos y nos da confianza.
¿Alguna vez has sentido una inmensa tristeza en el alma y al momento siguiente la tristeza ha pasado? Ese es Dios que te dio un abrazo de consuelo y te dijo palabras amables.
¿Alguna vez has sentido que tienes tantos problemas que las cosas se están saliendo de su cauce y, de pronto, un día todo parece resuelto? Ese es Dios que tomó todas las cosas y las puso en su lugar.
Realmente no todo es tan sencillo, pero ponerse en las manos de Dios es el mejor modo de descubrirle en todo lo que nos pasa.
Chema Montserrat
Ciao.
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