La vida puede llegar a ser como una noria, unas veces arriba y otras abajo. Y aunque creamos que en algún momento podemos llegar a estar siempre arriba, en algún momento tendremos que bajar. Lo peor de todo es cuando nos bajan de golpe y ni siquiera nos damos cuenta de ello hasta que es demasiado tarde.
Hay muchos momentos de gran felicidad. Nos da un subidón y sentimos que todo va bien y somos ¡Felices! pero de repente, como si de unos fueras, nos quitan ese dulce tan rápido que solo nos quedamos pensando si lo hemos soñado o no. Si lo llegamos a vivir realmente... Si verdaderamente fuimos felices y sentimos todo eso aunque fuera por poco tiempo.
Entonces solo en ese momento, miramos hacia arriba y pensamos si nos volveríamos a subir a esa noria de nuevo. Da tantas vueltas, gira tan deprisa y pasa tanta gente, que al final lo más fácil es verla desde abajo.
Pero solo nosotros tenemos el poder de controlar esa noria. Nadie la puede controlar por nosotros. Solo nosotros decidimos si subir o no. ¿Os atrevéis a subir de nuevo?
Ciao.
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