domingo, 23 de abril de 2023

Las virtudes teologales

Cuando hablamos al respecto de las virtudes nos referimos a ellas como aquel uso de la conciencia que guía nuestro actuar de manera correcta. 

Aunque en nuestro día a día, esta forma de virtud venga de manera espontánea, en verdad la vamos aprendiendo conforme vamos creciendo, entendiendo cómo es que debemos de actuar ante determinadas circunstancias, por lo que, nunca sabemos en qué momento parecerá la situación en la que debamos pensar y sobre todo, actuar en función del bien. 

En este caso, las virtudes teologales son aquellas que orientan el buen obrar, infundadas por el Señor para enseñarnos cómo actuar entre nosotros, de la manera en la que Él nos guía.

Las virtudes teologales son que recibimos son la fe, la esperanza y la caridad, con el fin de actuar como hijos de Dios.

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad.” 1 Corintios 

Estas virtudes siempre están juntas, no podemos en determinados momentos olvidarnos de una y actuar como si las otras no existieran, además, son totalmente prácticas, guían la forma en la que debemos de actuar y de vivir.

La virtud teologal de la fe es el don de la luz y fue otorgada por Dios para ver las cosas justo como él lo hace, es decir, tener la posibilidad de entender el camino del Señor. La fe es la virtud máxima que nos lleva al encuentro con él, es conocer a Dios en intimidad y es la que nos da el conocimiento en los momentos de prueba, gestándose incluso como sacrificio y dolor.

La virtud teologal de la esperanza nos ayuda a saber cómo debemos actuar ante el mal y los problemas. Cuando hay dificultades en nuestra vida y creemos que no hay nada que hacer, la esperanza es la que nos sacara ese pensamiento, entregándonos a Dios y confiando en que podemos encontrar la felicidad eterna.

La esperanza es poner nuestro corazón y entregarlo al señor, sabiendo que nuestras peticiones se harán eficaces, todo en compañía del Señor, teniendo esperanza en el reino venidero.

La virtud teologal de la caridad es aquella virtud que nos impulsa a actuar con amor, uniendo tanto la fe, como la esperanza en pro de la caridad.

La caridad nos lleva a actuar de acuerdo a las enseñanzas del Señor, amando a Dios y a nuestros hermanos, en una forma sólida y firme, tal como nos enseña el evangelio.

La caridad es pura, debe salir íntimamente de nosotros y no debemos actuar caritativamente solamente por las apariencias. La caridad es un reflejo del amor que le tenemos a Dios poniéndolo al servicio de quien lo necesita.

De la misma forma, la caridad es integrada por el perdón, es el mayor reflejo de amor que podemos tener los hermanos, hijos de Dios.

La caridad significa actuar de acuerdo a la voluntad de Dios, superando todo en comunión con nuestros hermanos.

Ciao.

 

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