Todos en algún momento hemos tenido alguna llantina y… ¿Verdad que uno se siente mejor después? Es una mezcla de alivio, relajación y hasta una cierta lasitud, todo lo cual produce una sensación reconfortante.
Y el caso es que nos decían, de niños, que llorar era cosa de débiles y que en resumidas cuentas, había que aguantar el tipo y guardarse el llanto para uno mismo. Ese tragarse uno el llanto era considerado una señal de valentía, de fortaleza. Y esa señal es falsa.
La valentía está precisamente en lo contrario, en dejar salir las tristezas, porque es bueno hacerlo.
No en vano, puede llegar a ser sinónimo de felicidad o de tristeza, de alegría emocionada o de dolor inesperado. De hecho, lejos de lo que pueda llegar a pensarse, llorar no es malo. Todo lo contrario, ayuda a que la persona se libere por dentro mientras deja escapar sus emociones y sus tensiones más extremas.
Al llorar, liberas tus emociones y estás suprimiendo o paliando tus sentimientos negativos, que de lo contrario quedarían escondidos en tu interior. Hacerles frente e intentar superarlos te fortalecerá.
Chema Montserrat
Ciao.
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