Hacia ti y contigo, Santiago, cada peregrino encuentra su propio milagro.
En ti y contigo, Santiago, quien mira hacia el cielo siente que está llamado a vivir con Cristo a sentir y avanzar, por los caminos de la vida, con Aquel que, en el camino, dejo una cruz con su sello.
Hoy, caminando contigo, descubrimos la belleza que te hizo grande e invencible.
Sabemos que, tus pies, se pusieron en movimiento porque tuvieron la intuición de que, más que esfuerzo, más que deporte, más que polvo, eran luz hacia lo divino.
Que en este Año Santo de la Fe, Señor Santiago, descubramos que, la vida de cada uno, es un pequeño santuario en el que podemos dar cobijo o, por el contrario, desterrar a Dios.
Que en este Año de la Fe, Señor Santiago, sepamos agarrarnos a la cruz que fue tu gloria para no desplomarnos por los senderos inciertos en los que, la falsedad y el todo vale, nos aleja de aquello que vino contigo: El Evangelio.
Acoge, Apóstol con ruido de trueno, las súplicas de los que en este día festejamos tu proeza.
Danos valor en la lucha, para que no decaigamos.
Danos ilusión en la palabra, para que tenga sabor a Dios.
Danos empeño en el trabajo, para que no nos desanimemos.
Danos visión de futuro, para que no nos quedemos en el presente.
Danos oración en lo que hacemos, para que no seamos activistas.
Danos silencio en el ruido, para que escuchemos la voz del Señor.
Danos agua en el camino, para que renovemos nuestro Bautismo.
Que sepamos vivir, el camino de nuestra existencia, con los pies en la tierra, con los ojos en el cielo, con el corazón en el Evangelio y con el pensamiento en la eternidad. Amén.
¡Felicidades a todos los Santiagos y peregrinos del camino! ¡Felicidades a todos los gallegos!
Javier Leoz Ventura
Ciao.
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