Miran, y no me ven.
Me llaman, y estoy delante.
Me buscan, sin percatarse de que ya estoy entre ellos.
¿Por qué me ignoran?
¿Cómo levantan sus días sobre cimientos tan frágiles?
¿Qué estruendo, en su entorno, silencia mi Palabra?
Viven entretenidos, pero son infelices.
Ríen sin ganas.
Maquillan el vacío con ilusiones, expertos en apariencias que ignoran la realidad.
Me han expulsado de su historia y deambulan, engañando la monotonía con novedades fugaces.
No comprenden que yo soy el amor que anhelan, la verdad que esperan, la justicia que necesitan.
Tú, que me intuyes, ayúdales a descubrirme.
José María Rodríguez Olaizola
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario