¿Habéis descubierto la existencia de las personas faro? ¿No las conocéis? Si lo pensáis detenidamente… Seguro que a vosotros también os viene a la memoria uno o más nombres, algunas caras y más de una voz a la mente. Estoy segura que como yo, conocéis a más de una.
Son esas personas que están ahí de alguna manera, a veces firmes y claras, a veces inadvertidas hasta que son necesarias. Esas personas que nos traen de vuelta con un abrazo, con una sonrisa o con un café, con una palabra de aliento... Con su cariño... Con su amor desinteresado...
Para mí, y estoy segura que también para vosotros, lo más especial de las personas faro es que no se mueven. No van detrás nuestra. No nos atan. No nos prohíben ir a ningún lugar. No usan cadenas ni anclas para retenernos a su lado. Permanecen firmes en su lugar mientras nosotros navegamos. No nos llaman. Solamente lanzan destellos de luz clara, para indicarnos el camino de vuelta para cuando queramos volver. Para que no nos estrellemos contra las rocas, ellas mandan su clara luz, simplemente para indicarnos el camino . Para que sepamos dónde tenemos un puerto seguro en donde descansar y recuperar nuestras fuerzas perdidas.
Incluso solamente para que en la distancia, aunque aún no emprendamos el camino de vuelta, sepamos que siguen ahí y que siempre estarán a nuestro lado.
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario