domingo, 27 de agosto de 2023

¿Qué hacer?

Jesús, en soledad, ora postrado. En su cara se ven la tristeza y la angustia, el dolor de quien ve el gran sufrimiento que se le aproxima y que no puede evitar. 

¿Seguro que no puede? Podría levantarse y escapar, está oscuro y sería difícil perseguirle. Pero no, esa no es su oración: “Padre, Tú lo puedes todo, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la Tuya”. A pesar del terror que me causa, hasta la Cruz si así me lo pides Tú.

La oración en el huerto de Getsemaní es uno de los misterios que San Ignacio nos propone contemplar en los Ejercicios como parte de la Tercera Semana. No lo hace porque sea un gran ejemplo de abnegación y sacrificio, que también lo es, sino para que veamos hasta donde llega Dios por nosotros, hasta dónde llega su amor. No por “la humanidad” en un sentido genérico, no, sino por cada uno de nosotros. Jesús, sufre este trágico dilema pensando concretamente en ti, y tomará la decisión de aceptar la muerte pensando en ti. Es una contemplación de dolor y sufrimiento lleno de amor que merece la pena contemplar.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

 

No hay comentarios: