Nos suele tentar el ser dueños de muchas cosas, nos atrae el tomar todo lo que vemos, nos dan ganas de poseer, y poseer, infinidad de cosas que seguro que nos serán inútiles y solo nos valdrán para llenar nuestra casa…
Sin embargo Dios nos dice: No te aferres, no te apegues, no tengas, no acapares... Porque Mi Presencia la tenéis asegurada y no necesitéis nada más.
Mi Compañía es una certeza, y Mi Persona, la única posesión válida que tenéis segura.
Entonces descubriremos que la auténtica plenitud, la verdadera alegría y la paz que nadie nos quitará, es contar con la compañía de Dios en todo momento. Todo nos sobra. Entonces si seremos fecundos y ricos en nuestra alma y en nuestra vida. Ahora, vayamos a anunciar y proclamar a nuestros amigos cual es la auténtica riqueza, porque siendo desprendidos, es como verdaderamente recibiremos la gracia de Dios y la paz interior.
Ciao.
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