sábado, 18 de noviembre de 2023

Valorar el secreto del corazón

Valorar el secreto del corazón, proteger un espacio propio de serenidad y de diálogo con el yo de dentro, es un modo de dar lugar a la armonización de las diversas estancias de nuestra alma. 

Nuestros místicos nos señalan una “morada secreta” adonde entrar, un ámbito de comunicación amorosa y de silencio que da sentido a todo nuestro azaroso vivir. Sólo despertando en ese ámbito el reconocimiento entero de tanto bien recibido, podemos descubrir la capacidad para cambiar nuestra vida.

La cosa no está en pensar mucho sino en ir convirtiendo la sensibilidad, la cosa está más en “gustar y sentir” que en razonar fríamente. Se trata muchas veces de aprovechar las rendijas que nos ofrece la vida, los huecos que destapan las pequeñas o grandes crisis que tenemos que afrontar. También puede ser que notemos sordamente el “crack” interior. El que se despierta dentro de nosotros y que nos anuncia que no todo va bien, que se nos remueve el suelo bajo los pies. 

La purificación de la mirada es siempre fruto de la recta intención, es decir: del buen corazón que saborea y elige lo bueno. En la antropología del pueblo de la Biblia los ojos y el corazón siempre están conectados. De modo que se nos va la mirada allá donde nuestro corazón se siente atraído. Y también al revés: si dejamos de mirar al otro con esa mirada hosca, tal y como lo denunciaba Nietzsche, y le ofrecemos una mirada franca y acogedora, nuestro corazón se recupera y se refresca.

Chema Montserrat

Ciao.

 

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