lunes, 29 de abril de 2024

Atar y desatar

Atar no es apresar, retener o condenar a uniones forzosas.

Es unir.

Unir personas, formando comunidad.

Afectos, trenzando amor.

Caminos, recorriendo proyectos.

Momentos, escribiendo historias.

Creencias, haciendo Iglesia.

Desatar es liberar de pesos innecesarios.

De la carga hiriente.

Del mal que apresa.

De la ley que oprime

Del prejuicio que ciega.

De ídolos que seducen.

De brillos que ciegan.

Hacen falta testigos que sepan atar lo roto y desatar lo preso.

Hacen falta destructores de cadenas y forjadores de vínculos, que empiecen a tejer, aquí y ahora, lo eterno.

José María R. Olaizola, SJ

Ciao.

 

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