Cuidar los vínculos del corazón

Cuidar los vínculos del corazón es ocuparse de aquellos a quienes amamos, responsabilizarnos de ellos, cuidarles, hacerles sentir como alguien nuestro, en un sentido fraterno y amistoso de adhesión y de fidelidad al amor entregado.

Cuidar íntimamente a los que amamos es una urgencia de nuestra época tan deshabitada, tan individualista y tan falta de pertenencias auténticas. El cuidado es la forma más elemental del amor.

Aquello que nos pertenece y a lo que pertenecemos es algo que sabemos siempre valioso, es el gran regalo que nos hace el Señor de la vida y al que debemos responder con la misma dinámica del don recibido. Cuidarles es respetar su camino, sus valores, su propia libertad. Y ello supone aceptar la distancia con respeto, no pretender ni siquiera con disimulo manipular su intimidad.

Es importante saber a quién pertenecemos porque la identidad se revitaliza en las pertenencias. Lo que nos alimenta es el sabernos regalados por la presencia y el cariño de los demás, por esa radical pertenencia que nos da quien nos hace suyos, quien se cuida de nosotros, quien se nos entrega. Por eso, para revitalizar las pertenencias debemos pasar del corazón al mundo, de la interioridad a la relación. Y descubrir toda la capacidad expansiva del yo, colonizadora de otros espacios vitales. Que puede abrirse al otro, a la otra y compartir su mundo.

Chema Montserrat

Ciao.